''En la Antiguo testamento, el nombre es tan importante que casi se identifica con la persona misma. Santificar el nombre de Altísimo, es santificar y honrar a Dios mismo. Nunca es un apelativo meramente convencional: siempre dice algo sobre la persona, su origen o su misión''. En agosto de https://youtu.be/r0yxKaL1los